El rafting no es un deporte extremo; está dirigido a toda aquella persona con espíritu aventurero, capaz de tomar un remo y disfrutar de la adrenalina.

El rafting es el descenso de caudalosos ríos, según diferentes niveles de dificultad, utilizando balsas inflables (del inglés raft, que significa balsa). Estas balsas son conducidas por expertos pilotos que llevan a cabo la parte técnica y de control del descenso, permitiendo que el cliente contribuya con su remado durante la entrada a los rápidos, oleaje, etc.

Esta actividad novedosa en nuestro país, puede ser practicada por cualquier persona, sin ningún tipo de condición física específica o sin ningún tipo de conocimiento previo, por lo tanto no debería ser catalogada como un deporte extremo. Los deportes extremos son practicados por atletas con condiciones físicas privilegiadas, con un excelente conocimiento de sus técnicas y por lo tanto, dirigidos a un reducido grupo de individuos, en busca de records, marcas o altos niveles de competición.

Para practicar rafting no se requiere ningún tipo de condición física ni experiencia previa. El tour está diseñado para novatos y el nivel de dificultad de los ríos va aumentando poco a poco, siguiendo siempre estrictas medidas internacionales de seguridad. La escala de dificultad va desde ríos de categoría 1 (de menor dificultad) hasta los ríos de categoría 6 (de máxima dificultad técnica).